A veces conversando con personas acerca de la falta de líderes capacitados en su iglesia los he animado a que tomen la iniciativa y estudien teología. Algunos de ellos me han dicho sorprendidos “solo los pastores estudian teología”. Pero eso es un mito que limita la efectividad de la obra de la iglesia del Señor.
Es cierto que los que desean servir al Señor en el ministerio deben prepararse para servirle mejor. Una persona entrenada en las lides eclesiásticas tiene ventajas comparativas respecto del resto de hermanos y hermanas de la congregación. Pero eso es válido no solo para los pastores, también es una imperiosa necesidad de cualquier creyente que quiera servir al Señor en las distintas áreas del ministerio. Claramente hay ventajas para una congregación de disponer de creyentes entrenados bíblica, teológica y ministerialmente.
Un creyente bíblicamente preparado es un fuerte apoyo en la instrucción de la iglesia. Nos pasa seguido que queremos ampliar el grupo de predicadores, maestros, consejeros, entre otras áreas de entrenamiento y no encontramos las personas idóneas. A veces incluso, pastores se agotan por no contar con ese apoyo. En muchos casos, deben pasar años entrenando a potenciales servidores que le echen una mano en la capacitación de la congregación. En cambio, en una iglesia donde hay varias personas con entrenamiento bíblico, esa carga de entrenamiento y capacitación se puede distribuir de mejor manera. Se puede hacer en menos tiempo. Además, la iglesia está mejor preparada para enfrentar embates doctrinales que suelen llegar de cuando en cuando.
De la misma manera, un creyente teológicamente informado es de gran apoyo en su iglesia. Sabe pensar teológicamente. Eso le permite vislumbrar las situaciones que vive la congregación y su entorno y las conecta con las enseñanzas de las Sagradas Escrituras. De esa manera, puede ser de gran apoyo e incluso orientación en los distintos ministerios que una iglesia tiene. Puede apoyar la labor de sus pastores y líderes dando consejo y respaldo. En tercer lugar, un creyente ministerialmente capacitado da mayor sostén a su iglesia. Muchas veces los líderes no logran avanzar en los distintos menesteres que la obra demanda porque no hay quién pueda apoyarles para guiar grupos pequeños, enseñar a jóvenes, evangelizar con las señoras, en fin. En cambio, cuando hay hermanos y hermanas que aman al Señor y están capacitados ministerialmente, la carga se puede distribuir entre más personas. El impacto de esa congregación es mucho mayor y no se centra en una sola persona.
Por eso mismo, le insto a que se anime y fortalezca su congregación. Prepárese en Seteca. Recibirá entrenamiento bíblico, teológico y ministerial. No solo crecerá usted espiritualmente, además tendrá la bendición de ser de bendición a otros creyentes, fortalecerá distintas áreas de ministerio de su iglesia y multiplicará el alcance de su congregación para la extensión del reino de Dios. No solo los pastores estudian teología. En nuestras congregaciones se necesita imperiosamente que haya mujeres y hombres de Dios entrenados que ayuden a enseñar a otros las verdades del Evangelio.