En nuestras congregaciones se necesita imperiosamente que haya mujeres y hombres de Dios entrenados que ayuden a enseñar a otros las verdades del Evangelio.
Cuando ya era pastor y regrese a estudiar la maestría en Teología. Varios amigos en la iglesia me preguntaban: ¿Y para qué vas a estudiar una maestría en teología?
Si queremos dedicarnos a la predicación, la enseñanza, la ministración espiritual de consejería y cuidado pastoral, es mucho mejor si apartamos un par de años de nuestra vida y nos concentramos en los estudios teológicos.